Lo que la imagen representa es la persecución de los individuos de la sociedad por parte de las autoridades fascistas. En un mundo en el que el fascismo se ha impuesto totalmente, que ha pasado de una democracia ficticia a un totalitarismo. Éste, con la pretensión de proteger al ciudadano y procurarle su bien ha optado por tratarlo como un número y grabárselo en la mente, el comportamiento de los seres se ha convertido en pura sumisión al Estado, por lo que han llegado a convertirse en microchips programados para realizar sus tareas, todos marcados, sin más decisión propia que la de esforzarse por ser uno más. La deshumanización es inherente, por lo que se justifica cualquier persecución, abuso o prepotencia hasta entonces inadmisible.
El trasfondo de la cuestión, es decir, la deshumanización, la contaminación y destrucción de la naturaleza y el auge del totalitarismo fascista (quizá camuflado de falsa democracia), vienen dados por la evolución de la tecnología, y con ella, la paranoia, la oscuridad y la desaparición de toda ética. Todo esto tapado a ojos de la sociedad gracias a mensajes comerciales y engaños de corporaciones esclavistas.
La carrera hacia el fin ha comenzado, se pueden intuir pequeños detalles pero el final no lo veremos.
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