domingo, 20 de enero de 2008

Chof - Parte III

Volvieron a llamar, esta vez tres timbrazos, pero ella no iba a abrir, estaba abstraída en su dolor físico. El individuo que llamaba se cansó de esperar, o eso pareció, porque un minuto más tarde ella escuchó un sonido a su espalda, se giró y una sombra que asomaba por la ventana de la cocina amenazaba con mirada penetrante en la oscuridad. De repente los ladridos de un perro, seguramente grande asustaron al asaltante nocturno, pero éste no parecía moverse, los ladridos cesaron atados a un gruñido rápidamente seguido de un doloroso y desgarrador alarido. La sombra del hombre hizo ademán de apuntar hacia abajo, y atestó el disparo definitivo a su atacante, que se desplomó en un sonido tordo. Desconcertada y con los ojos en blanco del asombro se alzó, intentando despetrificarse tomó aire y haciendo de tripas valor se encaminó con esfuerzo, cojeando hacia la silueta maldita que tanto la mortificaba.
Abrió la ventana con decisión y cuál fue su sorpresa el ver a un joven policía, nervioso como una maraca que la miraba con asombro.

- Lo siento! No pretendía matarlo, solo quería que me soltase… tengo orden de vigilar los alrededores y me acerqué a preguntar si habían visto algo…Verá, es que… tengo pánico a los perros….La chica se asomó para ver qué fue la causa de la congoja del oficial, y vio una fiesta de sangre y pelos de perro que rodeaban el cadáver de un magnifico ejemplar de pastor alemán bien alimentado y, por los acontecimientos, perfectamente adiestrado. Una lástima de animal. Volvió a mirar al policía, parecía intrigado y éste lo confirmó:

-Es usted Adelaida? La mujer de la casa?...

-Si!, por qué quiere saberlo?

-Ocurre algo? Antes he llamado y no me ha abierto, va todo bien?

-Si, por supuesto, mis hijos se han ido con mi marido de excursión al campo y yo me he quedado sola viendo la tele con los cascos puestos, una manía entupida, jajaja -rió nerviosa.

No le agradaba este chico, parecía ocultar algo siniestro, quizá se estaba volviendo paranoica con todo lo que estaba pasando últimamente, pero las precauciones que debía tomar tenían que ser máximas y un individuo salido de la nada no inspiraba confianza alguna. Se imaginó al joven entrando a la fuerza por la ventana, aprovechando el dolor que le impedía cometer movimientos bruscos, entonces...

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