sábado, 16 de febrero de 2008

Antenas de telefonía

Como supuestamente es comprensible, la mayoría de gente no quiere una antena de telefonía instalada en su edificio. Su argumentación es muy simple, las antenas envían y reciben ondas que según ciertos estudios provocan enfermedades y demás patologías, así como ser dañinas para el paisaje. Bien es cierto que las empresas de telefonía y demás servicios, por esto mismo, añaden una buena suma de dinero a la comunidad en cuestión a modo de compensación por el perjuicio llevado a cabo. Suma que pese a suponer en muchos casos la cifra exacta del precio total de gastos de comunidad, ni por asomo es suficiente para "dejar que nos invadan con sus cánceres de cerebro en forma de ondas raras".

Claro, a estas personas no les gusta tener que cargar en la conciencia con que sus hijos o ellos mismos puedan tener problemas de salud. Y es de lo más correcto y ético.

Eso sí, han apagado sus móviles, sus redes wifi, sus microondas, servicios de telefonía GSM, GPRS, GPS, Internet inalámbrico, etc, etc, etc? Tendrán que aprovechar esas antenas para sus llamadas, es más, creo que muchos de ellos se quejarían si no tuvieran cobertura telefónica, Internet o Wifi. Por no hablar de los microondas, la televisión o la radio y otros servicios de ondas que no requieren antenas pese a emitir ondas electromagnéticas.

También es cierto que las ondas están en todo el mundo y no solo en las antenas y aparatos, como parece que piensen muchos humanos. Pero claro, como eso no ha sido explicado y explicado en millares de ocasiones no lo saben. No conocer una ley exime de la culpabilidad, o eso creen los culpables.

Oh vaya, parece que una vez más solo queremos lo bueno. Y que lo malo se lo carguen a otro muerto.

La electrónica modifica el comportamiento del cuerpo, pero parece ser que además afecta sobremanera a los ojos y el cerebro, sobretodo en casos de juicio y memoria.

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